Mirar la ciudad con ojos de grandeza

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Antofagasta tiene, como todas las ciudades, grandes ventajas y enormes deficiencias, en relación a otras de naturaleza similar, y que tienen que ver más bien con elementos de carácter geográfico, demográfico, climático, entre otros.

Es decir, que tiene sus pros y sus contra como todas, dado que es una ciudad que crece y crece y crece, expandiéndose más allá de los confines imaginados en algún momento por quienes la fundaron hace ya casi ciento cincuenta años.

Sin embargo, la mayoría de los habitantes desconoce que esos fundadores sí proyectaron una ciudad grande y próspera, lo que se puede ver reflejado en el ancho de sus calles céntricas que, según los archivos municipales, fueron diseñadas de veinte varas, algo así como diecisiete metros, a sugerencia del administrador inglés de la Compañía de Salitres y Ferrrocarril de Antofagasta, Jorge Hicks, argumentando que “ni ustedes ni yo mismo podemos imaginarnos la enorme importancia que este puerto tendrá en el futuro”. Frase para meditar que cobra más sentido a medida que crece y avanza la ciudad en todas direcciones.

Pero lo que realmente hace grande una ciudad son las personas que le dan vida y quienes además continúan la labor de proyectarla en el tiempo, para hacerla más amena y acogedora para sus habitantes y descendientes.

Y parte de eso tiene que ver con los espectáculos deportivos y culturales, intervenciones y obras que tienen lugar en la ciudad, que van alterando su “rutina” y rejuveneciéndola, como por ejemplo los murales de Luis Núñez, el Festival Teatro a Mil, el de Zicosur, SACO, la FILZIC, la misma Copa América o el Mundial de Bodyboard, por nombrar sólo algunas, instancias que expanden la mente y la conciencia, pero también contribuyen con la imagen que tienen de Antofagasta tanto sus habituales como sus visitantes, quienes evidencian así la grandeza que han adquirido los eventos que tienen lugar en la ciudad, relacionado con la apertura de la ciudadanía a este tipo de manifestaciones en los últimos años.

Por ello es valioso cuando una entidad regional apuesta por brindar a la comunidad la oportunidad de disfrutar de obras, espectáculos y eventos de renombre internacional.

Esta es la apuesta que hace, entre otras instituciones, la Fundación Ruinas de Huanchaca, que en agosto inaugurará la muestra artística “Out of Sync”, del destacado artista chileno radicado en Londres, Fernando Casasempere, que se quedará de forma permanente en el Parque Ruinas de Huanchaca, como parte de una iniciativa que busca convertir este espacio en un atractivo turístico y cultural.

Se trata de una obra compuesta por diez mil narcisos fabricados con arcilla confeccionados con material reciclado de procesos industriales mineros, hechas a mano por Casasempere, quien les dio una forma única.

La iniciativa es financiada por Antofagasta Minerals a través de la Ley de Donaciones Culturales, ejecutada por Fundación Sociedad Nacional de Minería, en conjunto con CREO Antofagasta y la Fundación Ruinas de Huanchaca, dando cuenta de que existen en la ciudad las voluntades y las mentes visionarias que ya han entendido su grandeza.

Es que Antofagasta hace rato que dejó de ser un puerto de paso para estudiantes y trabajadores. Hoy es una ciudad en constante crecimiento que empieza a manifestarse a través de distintos tipos de eventos, obras y espectáculos que, cada vez más, apuntan a generar impactos sustanciales en los ciudadanos, fomentando en ellos el interés por las distintas expresiones artísticas y competencias deportivas que tienen lugar en una ciudad que, pese a todos sus pros y contras, continúa expandiéndose y conquistando nuevos corazones que, de a poco, van descubriendo el misterioso brillo que esconde la Perla del Norte.

La invitación es seguir contemplándola con esa mirada de grandeza.

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