El fenómeno de la lluvia en Antofagasta

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Debido a los temporales de lluvia que afectan a gran parte del país, nace la duda si Antofagasta está realmente preparado ante cualquier tipo de catástrofe natural, sobre todo en invierno, evidenciando los problemas tanto de infraestructura como preparación, con las lluvias de Marzo de este año, causando anegaciones, colapsos y pánico en la población.

Ante esta situación, Cesar Trabucco, Sociólogo de la Universidad de Antofagasta, comentó de que manera afectan los anuncios de precipitaciones a las personas: “Además de las dificultades materiales que implica un evento como este, hay que tomar en consideración el enorme stress que significa el anuncio de lluvias dado que en la memoria colectiva de la ciudad está el aluvión de 1991, que significo la perdida de muchas vidas y la alteración total de la operación de la ciudad por varios meses, por tanto los vecinos inconscientemente asocian caída de agua con catástrofe”.

Rememorando el aluvión ocurrido en el año 1991, que afectó crudamente a la ciudad de Antofagasta, registrándose 42 mm de agua caída y que afectó a diversas personas y sectores de la ciudad, y donde Trabucco recomendó las medidas que deberían tomar las personas para controlar este tipo de situaciones de emergencia.

“Los antofagastinos debemos asumir que hoy las condiciones son distintas a las del año 91, dado que se realizaron importantes obras en infraestructura diseñadas para mitigar el efecto perverso de estos eventos, por tanto las preocupaciones principales deberían estar orientadas a su propia infraestructura privada”.

Un tema contingente por las precipitaciones que se esperan para este primer fin de semana de agosto en Antofagasta, ante lo cual se recomienda a la comunidad no exponerse innecesariamente a situaciones de riesgo, especialmente con acciones temerarias, como también revisar techos, para evitar problemas de infraestructura.

Además de evitar concurrir al borde costero, particularmente a sectores de roqueríos y zonas costeras, tanto para actividades recreativas como para actividades de pesca deportiva y conducir con precaución en las vías del borde costero por eventuales alteraciones en el estado de la calzada a raíz del oleaje incrementado por marejadas en la zona.

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